martes, 16 de octubre de 2018

Venezuela

Un sol a sus anchas con un cielo todo para él, ventipico de grados, la hermosa ciclovía bogotana y nosotros caminando un poco, empujando el coche para aprovechar el festivo.
Me animé y propuse ir al centro. - Quiero ver cómo está el centro, quiero ver el Bronx -.
Bajamos a la 11 y un T12 nos llevó sin paradas y sin vergüenza en 10 minutos hasta la 23 con 10ma. Subimos a la 7ma y empezamos a observar. Ya no huele a orines, hay menos vendedores, menos basura, menos bochinche. La Iglesia de Las Nieves pintada se ve preciosa delante del estridente contraste de las Torres Bacatá. La 7ma en el centro no es ningún paraiso, pero ha mejorado. La obra de peatonalización avanza muy lentamente. El Parque Santander brilla de nuevo, La Iglesia de San Francisco estaba abierta, pudimos apreciar su añejísimo techo y rimbombante púlpito, Gaitán sigue allí gritando, el hombre estatua plateado, el juego de la bolita, los chontaduros y todas las delicadezas urbanas están. Gringos no, solo vi en la plaza, muchas palomas, maíz, helados. El Palacio de Justicia y Bolívar vestían de polisombra negra evitando los aerosoles de siempre ante las recientes marchas.
Bueno ¿y por dónde vamos al Bronx? - ¿Sí quieres ir? - lo del sol era en serio. - Sí... yo creo que es por allá - Pregúntale a ese policía - Vamos por esta para no ir por la 10ma. Dimos algunas vueltas y terminamos bajando por la calle 10, por la parte de atrás de San Victorino, una calle que conserva el mismo espíritu, el corazón comercial del centro de Bogotá, pregunte por lo que no vea, se le tiene miamor. Ahí recostada sobre la Caracas encontramos la Plaza de los Mártires. Limpia, jardines perfectos, el obelisco impecable apuntando el zénit antecede la Basílica menor del Voto Nacional, que es una verdadera joya de algún estilo arquitectónico que desconozco. Sobre un costado un hermoso edificio de corte clásico europeo de la Policia y otro del mismo estilo donde entiendo se propone un centro de la muy de moda "economía naranja". Veinte metros al occidente y mirando al sur está la "L", la antigua guarida de "Los Sayayines" y el mayor expendio de droga que tuvo Colombia durante muchos años; las ruinas del Bronx lucen escalofriantes y esperanzadoras. La calle sigue tranquila y bonita, hay negocios y hay clientes, tapetes, cobijas, alfombras. Se nota que hay muchas heridas abiertas en el aire todavía, pero la zona renace. Al subir por la calle 11, hay ferreterías, mucha más basura, un muerto viviente arma una pipa de heroína en una esquina, un gato va a ver qué se le cayó y la pasa mal, mientras el sol sigue ahí, feliz en una de esas pocas mañanas que nadie le estorba sobre la sabana.
Tomamos Transmilenio sobre la Caracas para regresar. Entramos de milagro con el coche y en la siguiente parada al cerrar la puerta empieza el discurso habitual. No la veo, pero es joven, acento venezolano, una mano en los dulces, una mano en su niño de 8 años y ninguna en las barandas, ya sabe hacer surf en las olas del bus. Su discurso es duro, es triste, se nota dolida porque le propusieron irse a la 22. "Muchas veces lo único que necesitamos las personas es ser escuchadas" termina. Cuando pasó por mi lado le dije al oído -si quiere bajarse en la 63 yo la invito a almorzar-.
Y ahí estábamos Yoandry, Wílber, mi esposa mi hija y yo, sentados en el restaurante español vecino a la Iglesia de Lourdes. Son del estado de Yaracuy, vinieron porque una amiga... "me dijo véngase que yo le ayudo, y cuando llegué se perdió, ya no me contesta". Llevan un mes largo, no tienen nada, pagan una piecita en Usme, se levantan temprano, trabajan hasta que consigan con qué pagar la noche, una comida y mandar algo para la mamá y la abuela. - Pidan lo que quieran, lo que más les guste - Uno con hambre señor come lo que sea, mi dios le pague, es que si le cuento me pongo a llorar, no hemos comido... - me dice mientras su voz se quiebra entre un gesto de angustia.
La situación es dramática para ellos, no obstante, una jornada vendiendo dulces en TM les alcanza para una comida al día, pagar el cuarto y enviar para Venezuela.
El viaje hasta Colombia es otro drama. - ¿Y cómo pagó los buses? - Vendí una lavadora, vendí... mis cositas y a las malas me metieron en un bus por 80 mil desde Cúcuta y el niño en mis piernas, es que ya no tenía más... No he conseguido trabajo, yo sé que es muy difícil, pero yo no le cuento a mi mamá para que no se angustie...
Una madre soltera sin educación terciaria, un niño de 8 años que no puede soltar, una mano adelante y otra atrás decimos, mucha dignidad y ganas ¿Serán suficientes? No pude soltarlos en toda la tarde.
Hablamos de Chávez, de María Lionza, de los paisas y los rolos, del fútbol y el béisbol. Quedamos invitados a comer cachapa en su casa "cuando todo mejore", "esperemos que sea pronto". Fuimos a casa, le di un teléfono, compramos una sim, instalamos whatsapp y facebook. Les dimos un poco más de abrigo porque la verdad que la pinta estaba bien ligera para Usme. Wílber jugó con Ame hasta que se cansó. Sacamos un morral y bajamos al carro. - ¿A usted dónde le gusta para ir a hacer mercado? - pregunté insolente - No señor yo nunca he hecho mercado acá - me dijo mientras me tragué un nudo en la garganta y me disculpé. Fuimos al Éxito. Wílber tomó un carrito que empujó feliz por todo el lugar señalando cosas que nunca había visto - ¡No molestes Wílber! - decía mamá. Tomaba las cosas con pena, muchas tenía que metérselas yo mismo. En lo único que no se pudo contener fue cuando vio las bolsas de Harina Pan - estas me llevo dos que nos gustan mucho - me dijo con una sonrisa.
Traté de darle algunos consejos, sobre el permiso de permanencia, un colegio para el niño, le dije que iba a ayudarle a buscar trabajo... Fui hasta el torniquete a pasarlos con mi tarjeta, un beso un abrazo y mucha suerte les dejé. Salí corriendo a abrazar a mi familia y a desahogarme en este teclado.

¿Hasta cuándo Venezuela? Me duele profundamente esa tiranía. Mientras tanto pondré algunos granitos de arena, ojalá podamos tratarlos a todos como lo que somos, hermanos de la selva, el llano, los Andes y el Caribe.

María Lionza hacé el milagrito y un ramo de flores te voy a llevar... te lo juro que te lo llevo...

viernes, 7 de octubre de 2016

Salgo del closet, me declaro abiertamente Santista.


Lo que nació como una rebelión campesina en el sur del Tolima, en los años sesenta, años en los que estaban de moda las guerrillas 'marxistas leninistas', se convirtió en tal vez la peor pesadilla de la historia de nuestro país. Colombia por sus condiciones geográficas, económicas y sociales, fue durante décadas un suelo fértil para descontentos sociales y grupos armados ilegales.

En los años ochenta un proceso de paz fallido con las Farc, creó un partido político, la Unión Patriótica (UP) de izquierda radical. Algo así como la mitad de los miembros de las Farc y otros movimientos, apostaron por la UP, pero la otra mitad decidió seguir en el monte con las armas. Acto seguido, la derecha radical, con complicidad (y tal vez ayuda) de fuerzas militares, se dedicó sistemáticamente al asesinato de los miembros de la UP. Unos dicen que fueron 3 mil, otros que 500. Líderes valiosos y hasta candidatos presidenciales con cierta intención de voto como Bernardo Jaramillo Ossa o Jaime Pardo Leal fueron baleados por sicarios.

Después de muchos muertos y muchos intentos fracasados de negociaciones, Colombia terminaba la sangrienta década de los 90, habiendo vencido a los carteles de Medellín y Cali, pagando costos sociales devastadores. Alta pobreza, alta corrupción, alta inflación, economía en recesión. Los índices de violencia no cedían y los colombianos empezábamos a escondernos en las ciudades, abandonando el campo por temor al secuestro. Las Farc, de la mano del narcotráfico, el secuestro y la extorsión, extendían su poder más allá de zonas aisladas, se acercaban a las ciudades y peor aun, hacían terrorismo. Colombia era considerado internacionalmente 'un país fallido'. El presidente Pastrana decidió (con la iniciativa de su ministro Santos), buscar nuevamente diálogos con las Farc. La guerrilla se burló del gobierno y aprovechó un territorio despejado del tamaño de Suiza para delinquir y fortalecerse, en lo que fue uno de los más rotundos fracasos de la política nacional.

Las imágenes satelitales no mentían. Pastrana liquidó los diálogos y la ofensa catapultó a Uribe a la presidencia. La mano dura contra la guerrilla fue un éxito igual de rotundo que el fracaso de los enésimos diálogos. Dos períodos de Uribe dejaron una economía revitalizada, una población con autoestima renovada y una guerrilla terriblemente diezmada, muchos de sus principales cabecillas muertos en bombardeos aéreos. Por primera vez en sus casi 50 años de lucha armada, sus líderes se dieron cuenta de que más allá de su idealista discurso revolucionario, nunca iban a llegar al poder por la vía armada. Mientras tanto, otros ex-guerrilleros, se hacían elegir democráticamente en el senado, gobernaciones y alcaldías.

En el último año de gobierno de Uribe, el repudio por las Farc y el apoyo a la guerra librada por el ejército en la selva no era alto, era arrollador, era la voz estruendosa del 100% de la opinión pública. Santos, esta vez como ministro de defensa de Uribe, profesó mantener las políticas del presidente y con los votos uribistas, llegó a la presidencia en 2010. Hace apenas 6 años, pensar el desenlace que hoy tenemos de esta historia era ridículo, absurdo. Cualquier casa de apuestas hubiera pagado un millón a uno por una salida negociada a la guerra contra las Farc. La perspectiva era seguir la guerra. Caía un líder y aparecía otro. La derrota militar de las Farc parecía cercana para algunos, para mí sinceramente no era tan cierta. Mientras más pequeña la guerrilla, más guerrillera se hacía, más difícil de perseguir.


Cuando era niño y adolescente, crecí en la ciudad más violenta del mundo. Crecí con el miedo, las bombas, la violencia. Recorrí la deslumbrante geografía colombiana de la mano de mi padre, con mucho cuidado y astucia, viajando donde se podía, hasta con la guerrilla nos cruzamos en el Guaviare. Mi padre cada noche que prendía el noticiero y veía la imagen de Santos, en el cargo que fuera y en el cuatrienio que fuera, siempre tenía para él un sonoro insulto. Yo hasta cierto punto heredé ese odio. En el 2010, voté por uno de los políticos más extraordinarios que he conocido, Antanas Mockus y claro, voté al mismo tiempo contra Santos. Pasé el duelo de la derrota con mucha amargura.

Santos se dedicó entonces a gobernar "al pie de la letra" del contrato tácito que tenía con el uribismo: siguió persiguiendo a las Farc avezadamente, tanto que dos de sus máximas figuras como Jojoy y Cano, cayeron en poco más de un año. Pero sorprendentemente, en lo que no "quedó escrito" su actuar fue totalmente inesperado, tanto para los seguidores de Mockus como para los de Uribe. Para muchos uribistas, la autonomía que ejerció Santos en su gobierno y haber tomado decisiones contrarias al uribismo fue entendido como las más sucia traición. La gota que rebosó la copa fue el comienzo de otros diálogos de paz con las Farc. 
Después de que se burlaron del país, después de que nos secuestraron, nos amenazaron, nos asesinaron, nos pusieron bombas, llenaron de minas nuestros campos, se enriquecieron con la cocaína y la extorsión, los empezamos a vencer militarmente y salimos a las calles masiva y repetidamente a decir "NO MÁS FARC" ¿Santos, elegido como uribista, proponía nuevos diálogos? La idea era casi grotesca, era una bofetada a la principal fuerza política del país y era prácticamente imposible de aceptar por la opinión pública nacional. A mí me pareció una jugada maestra. Derrotar a las Farc militarmente iba a tomarnos no solo muchos años más, sino muchas vidas más. Ese momento, en que la guerrilla sentía el miedo a los bombardeos y no veía ninguna posibilidad de victoria, era perfecto para que unos diálogos bien llevados llegaran al objetivo de más alto valor: acabar con las Farc, quitarles las armas.

Tras cuatro años de atribuladas negociaciones y luego de que la popularidad de Santos bajara casi a los niveles de la de Dilma en Brasil, el excelente y profesional manejo del equipo negociador liderado por de la Calle y Jaramillo, llegó a feliz término. Las Farc aceptaron poner fin a su increiblemente estúpida idea de tomarse el poder con las armas. Era más quijotesco que El Quijote, pero se pudo, es una realidad.
Otros hubieran preferido exterminarlas por la fuerza. Con seguridad ellos no hubieran puesto sus hijos al frente del batallón para ir a la guerra.
Yo recuerdo el dolor que me provocó ver la muerte del Sargento Cortés en el documental de Romeo Langlois y el llanto de su esposa y sus hijos.

Es por eso que es una extraordinaria muestra de pragmatismo y visión esta paz de Santos. Le quitó las armas a las Farc salvándole la vida a muchos soldados.

Sin haber leído demasiado, más allá de Bushnell y otros clásicos de la historia de Colombia, me atrevo a decir que este futuro que se nos abre, es el resultado de la más grande obra de gobierno de cualquier presidente en nuestra violenta historia de dos siglos.

De Santos no me conmueven sus parcos discursos, ni me animan muchas de sus políticas, ni estoy muy de acuerdo con muchas de sus iniciativas. No obstante, después de más de cuatro años viviendo afuera, al volver a Colombia fue muy reconfortante ver el impresionante crecimiento de la clase media y el sostenido e importante decrecimiento de la pobreza.
Declararse Santista, para un paisa, es peor que declararse homosexual en tiempos de la inquisición. Es declarar un apoyo a uno de los políticos más odiados e impopulares de los últimos años en Colombia. Pues lo hago sin mesura y sin pelos en la lengua. Ser político en una sociedad latina es la más tonta de las ideas. Sea bueno o malo, el político siempre será sometido a la caricatura injusta, la calumnia, el desprecio, los insultos.

Esta declaración es mi agradecimiento a Juan Manuel Santos y su equipo de gobierno, por el prometedor futuro que le queda a Colombia, después de conseguir lo imposible, quitarles las armas a las Farc.

Agosto 26 - 2016

sábado, 7 de junio de 2014

Mi siguiente paso

París, 20 de Marzo, 2014.

Estimado miembro del Departamento de Ingeniería Electrónica, Pontificia Universidad Javeriana.

La presente es mi aplicación a la vacante en el área de redes de comunicaciones.

Necesitamos más y mejores ingenieros.
Hace más de 100 años, el presidente Rafael Reyes promovió en el país el desarrollo de un sistema férreo. Uno de los ejes principales era la unión de Medellín con el río Magdalena pero su trazado hacía imposible atravesar un punto de alta montaña conocido como La Quiebra. Varias soluciones de ingenieros extranjeros suponían una disminución en la capacidad de carga del tren, un recorrido largo y altos costos de mantenimiento. En 1899 el estudiante de ingeniería Alejandro López, propuso en su tesis de grado la construcción de un túnel para superar el sector de La Quiebra. Su tesis casi fue rechazada por considerarse utópica y costosa. Fue hasta 1926 que el ingeniero Pedro Nel Ospina, siendo presidente de la república, logró aprobar la construcción del túnel de La Quiebra, que serviría hasta la década de los setenta uniendo a Medellín con Puerto Berrío. Ahora que las autopistas son la nueva obsesión de la infraestructura nacional, se evoca esta historia para concluir que en Colombia necesitamos construir más túneles. La conclusión que yo preferiría escuchar es que en Colombia necesitamos más y mejores ingenieros. Si bien ya casi un siglo corrió tras esa historia, muchas cosas me dicen que el diagnóstico actual no es muy diferente.

Necesitamos más y mejores ingenieros de telecomunicaciones.
En julio de 2012, por una falla técnica el operador principal de telecomunicaciones en Francia, Orange, vio su servicio de telefonía celular de 28 millones de clientes caído por casi 12 horas. Dos días después, como empleado de Orange recibí una comunicación del presidente ejecutivo de la empresa explicando perfectamente en términos simples la situación. La misma noche, en horario estelar y acompañado de sus colaboradores técnicos, el responsable de Orange explicó ante el ministro y todo el país en vivo: el software de comunicaciones del servidor de registros de la base de datos de Orange Francia (HLR) había fallado. Curiosamente, casi un año después, el operador principal de telefonía celular en Colombia, Claro, con cerca de 30 millones de clientes, sufrió una caída del servicio durante varias horas. La respuesta de su presidente Juan Carlos Archila fue: "No hay mucha forma de afrontar un fenómeno natural como el equinoccio". No sé si esa respuesta fue lo más insólito del episodio, o fue más insólito que ningún medio de comunicaciones, ningún directivo en la CRC o del ministerio TIC reclamara ante semejante respuesta.

La importancia de las redes celulares.
Vivimos en una sociedad globalizada dominada por la información, donde la tecnología celular  alcanza un 87% de penetración a nivel mundial. Adicionalmente, tras pocos años de introducción de los teléfonos inteligentes, la red celular se ha convertido en el principal medio de acceso a internet, generando inmensa actividad económica y acceso a la información o la educación virtual. En Kenia, un tercio del PIB se mueve con pagos realizados a través de la red celular. En Corea del sur el 95% de la población tiene cubrimiento de red LTE 4G. En Colombia, el ministerio de comunicaciones adjudicó una licitación para llevar internet por fibra óptica a casi  700 municipios, mientras el acceso a internet inalámbrico sigue creciendo. Cada país sacará menos o más provecho de las nuevas tecnologías según tenga capacidad para absorberlas, según tenga gente formada con la capacidad de descubrir nuevos paradigmas científicos, crear tecnologías, administrarlas, comercializarlas y enseñarlas.

Mi vocación.
En muchos años como estudiante guardo mis mejores recuerdos de los momentos en que aprendí algo con gusto. Cuando un profesor lograba persuadirme, yo podía pasar mucho tiempo estudiando entusiasmado. En particular, me ayudaba a aprender el hecho de enseñarle a alguien más. Y no solo me ayudaba a aprender, sino que me dejaba gran satisfacción. Mi incipiente carrera como profesor tal vez empezó cuando tuve que enseñarle a mi mamá a usar el computador. Me gustaba ayudarles a mis amigos en el colegio o la universidad y durante mi maestría fui profesor en los laboratorios de ingeniería electrónica. A veces pasaba horas buscando una manera atractiva de transmitir una idea. Aun hoy guardo extremo cuidado si tengo que presentar una conferencia buscando explicar de la manera más clara posible conceptos complejos ante un grupo de expertos. Las preguntas me dejan gran satisfacción, me siento correspondido y veo mi esfuerzo recompensado. Es precisamente esa satisfacción la que me hace preferir ser un profesor e investigador antes que un ingeniero.

Las anteriores razones me llevan hoy a escribir esta carta. La necesidad de atraer más estudiantes a estudiar ingeniería y específicamente a estudiar comunicaciones inalámbricas, con la motivación de generar una masa crítica de expertos que puedan desarrollar conocimiento para un área científica de gran potencial y tecnología para un sector industrial en fuerte expansión.

domingo, 15 de abril de 2012

Mi gran amigo Luis Alejandro Peña Osorio

Del ratico que me ha tocado vivir, solo un ratico pude vivirlo al lado de Peña, un hermano, un fenómeno, un personaje de otro planeta.
Mauro me lo presentó creo que allá por el 2002. Fácilmente me di cuenta que no era normal, que había conocido un gran amigo.
Empezamos a intercambiar música, a jugar fútbol, a estudiar juntos, a hablar de mujeres, a compartir esa forma peculiar de ver el mundo, esa forma que lo hacía a él un ser extraordinario.

De las primeras veces que fue a mi casa por Otraparte, mi mamá observó atenta cómo saludó a Enadis la empleada con gran naturalidad y así siguió con todos lo miembros de mi familia, con Agus mi hermano que es tan callado y con mi papá con quien tantas veces compartió. Era un espectáculo verlo entrar a un lugar haciéndole más amable el día a todos con su buena energía y su afecto.
Recién graduados fuimos un día a escuchar buena salsa al Son de la Loma. Entre el tumulto y las mesas se veía una pareja descrestando la audiencia, bailando salsa de exhibición. Me dijo, mirá qué tipo pa bailar. Le dije, así necesitamos un profesor, pero debe ser muy caro, ese tipo baila mucho. "Cuál caro!" siempre con esa seguridad y ese desparpajo respondía. Se paró y volvió con el teléfono de John Mario Duque, ustedes lo conocerán como el Profe. Efectivamente, no solo aprendimos a bailar salsa con el mejor, sino que hicimos un grupo de amigos con Caro, Ana, Alina, Gumo y otros, íbamos al Suave en la calle Colombia y hasta en la galería de la 93 nos vieron celebrar la vida como solo lo hacemos los latinos.

Cada vez que yo volvía de Bogotá cumplíamos la inapelable cita de nuestra amistad. Un día tu propuesta fue demasiado buena: Darle la vuelta al embalse de Guatapé en bicicleta. Bajamos al Bizcocho, subimos a Alejandría, pasamos por la Concha, vimos El Marial y volvimos a casa después de 12 horas de trocha y aventura entre los quiebres de nuestros paisajes, entregados al esfuerzo físico, a la alegría de sentirnos vivos y saludables, como cada vez que subimos una montaña o corrimos una media o una entera, como el relato vivo que me hiciste de tu odisea en la capital del mundo, cruzando el puente de Brooklyn en un mar de gente y el viento helado que baja del norte, también allá mostraste el temple, el valor que te caracterizó como hombre de grandes retos.

Era mi orgullo saber que varios proyectos de ingeniería para el desarrollo de nuestra región estaban en tus manos, en las manos de un perfeccionista, un talentoso, un trabajador honesto, perseguidor de sueños inmateriales, convencido de nuestra capacidad de transportarnos mejor y vivir mejor. Millones de personas usarán los cables en las veredas y la extensión del metro al sur, sin saber nunca que te entregaste a fondo en esa labor, que nos diste lo mejor. Jorge Mario, Daniel y todo el equipo que te rodeó desde Systech, sabrá asentir conmigo sobre la estrella que se apagó con tu partida.

De las pocas fuerzas que he encontrado en estos días, en el apoyo de todos los que conocieron nuestra hermandad, cuando el llanto no me quiebra alcanzo a pensar en tu mamá, en Camilo y en los sobrevivientes de la tragedia. Quisiera estar ahí para abrazarlos y tratar entrañablemente de pasar este momento desgarrador...

Debo razonar en lo incomprensible, aceptar lo inaceptable, reconocer nuestra infinita incapacidad de entender el sentido de la vida en la muerte. Si estuviéramos exentos del absurdo de saber que un día cualquiera no estaremos más, nunca hubiera sido posible quererte como a un hermano y haber gozado la vida como la gocé con vos a mi lado. Y si tuviera que escoger haberte conocido sabiendo que un día te irías sin aviso, indudablemente lo hubiera aceptado. Me quedo con los recuerdos, las alegrías y los sueños que construimos. Ahora está en mis manos hacerlos realidad en tu memoria, con el toque de magia que me enseñaste a ponerle a todo lo que se hace.

Peña vos serás siempre mi inspiración. Seguiré caminando buscando la fe que me permita creer que volveré a abrazarte y a reírme de las pequeñas cosas que reímos juntos. No puedo con palabras ya más decir, dejaré que el silencio me ayude a buscar la alegría que me dejaste, la alegría de estar vivo, la alegría de haber sido tu amigo.

Te quiero para siempre.

martes, 2 de noviembre de 2010

La ciudad de los discapacitados

En nuestra hermosa y extraña ciudad no es un secreto para nadie, que existe una mezcla de varias pequeñas ciudades, que se superponen y aislan geográfica y socialmente en diversas formas. Me atrevo a decir que son 3 las fracciones: Medellín 12, Medellín 34 y Medellín 56. Es fácil saber que son 3 ciudades diferentes, basta revisar sus estadísticas que contrastan en muchos aspectos. De hecho, los rostros de sus gentes, sus oficios, sus alimentos y hasta su longevidad difieren; pero más allá, casi todos los de la 12, la 34 y la 56, se saben esa que dice “Oh libertad que perfumas…”.

De la ciudad en la cual yo nací, Medellín 56, la gran mayoría de gente nunca ha ido a la Medellín 12, de hecho, para casi todos los 56eños, es mucho más conocido y más cerca Miami que Medellín 12.

En la búsqueda de romper las invisibles pero enormes barreras culturales y sociales que segregan estas tres ciudades, desde 2004 fue inaugurado un sistema de transporte público único en el mundo, que en cabinas voladoras sube las lomas de la Medellín 12 y mágicamente conecta esa ciudad de una manera amable, limpia y segura con el resto de la urbe. Aun así, un gran porcentaje de los habitantes de la Medellín 56 nunca ha conocido a sus vecinos de la Medellín 12.

Observando las calles por Medellín 12, se encuentra una ciudad muy peculiar. Calles estrechas y entreveradas con pocas aceras no uniformes, encierran un paisaje urbano lleno de alegría, niños corriendo, gente saludando, conversando, yendo de un lado a otro. Pasan algunas motos, pocos colectivos y muchos menos carros. Falta un poco de aseo, pero hay mucha vida en el ambiente.

Contrasta radicalmente con la Medellín 56. En sus calles muchas aceras están obstruidas por un cerco vegetal que circunda las urbanizaciones. Nadie camina, nadie se ve, nadie se saluda. En las zonas con vocación comercial, los carros invaden la calle, la acera y hasta los negocios muchas veces, parece que sus habitantes hubieran decidido disfrazarse de carro permanentemente para sus quehaceres diarios. Unos pocos vehículos de transporte público se ven pasar, algunas veces vacíos, en otros casos llenos de habitantes de la Medellín 12 y 34, que van a trabajar a la Medellín 56.

Los fines de semana curiosamente, el panorama en las calles de la Medellín 56 es desolador. De día no se ve un alma, casi nadie hace deporte, muchos engordan en un sofá mientras en el TV les dicen cómo rebajar. De tarde o noche, el tedio no deja quedar a muchos en casa, pero las calles siguen siendo fantasmales. Los 56eños salen en sus carros y los llevan a una enorme torre de parqueaderos, allá los espera una lujosa galería de almacenes para ver qué comprar y qué comer. Parece una ciudad más bien enferma. Nadie conoce a sus vecinos, nadie saluda, nadie comenta nadie propone, nadie declama. Eso sí, todos pelean, pues el tráfico es insoportable.

La administración se vio entonces en la necesidad de restringir el tráfico con una medida temporal llamada pico y placa. Y apareció entonces una nueva enfermedad, que ataca principalmente, a la Medellín 56. Extrañamente, sus habitantes se vuelven discapacitados esos días en que no pueden usar sus carros. Lo digo porque lo viví durante un tiempo que estuve en mi 56 natal, con mis amigos y familiares. “No puedo porque tengo pico y placa”, ahora escucho más esa frase que el tradicional “quiubo pues”.

Seamos un poco reflexivos. La población en la ciudad seguirá creciendo, el espacio no. Si pretendemos seguir usando el carro para todo, como se hace en la Medellín 56 de hoy, entonces deberíamos elegir un alcalde que proponga eliminar el presupuesto para salud, educación, vivienda y todos los demás rubros, para que en vez de construir sociedad y calidad de vida para todos, construya autopistas de varios niveles y gigantescos intercambios viales en la Medellín 56. Pero esa sinceramente sería una muy mala idea, a pesar de que con seguridad, aliviaría el problema del complicado tráfico 56eño.

La otra solución consta de bastante menos cemento y menos asfalto. Es muy simple, en resumen: Montemos en bus. A usted señora que necesita ir a hacer sus vueltas, al ejecutivo que va para la reunión, al joven universitario que salió de su partido de tenis en el club, al ganadero que va al banco, a la ingeniera que va a la obra, al que le provoque ir y venir, el transporte público, está para que lo usemos, lo cuidemos y lo mejoremos. El transporte público no está para enfurecernos mientras se detiene a cargar y descargar pasajeros delante de nuestros carros, está ahí para que usted se baje del carro y en un acto de humildad y civismo, lo use, para que aporte a vivir en una ciudad mejor. Para que se evite las idas al taller, o al tránsito a los pleitos de los choques, para que ajuste su presupuesto, mejore su salud caminando y deje el mal genio. Ese trabajo complicado que consiste en lidiar el tráfico de la ciudad, déjeselo a un conductor de bus y llegue a su casa sin estrés.

Yo sé que es muy bueno salir a la calle a mostrar el carro nuevo, pero no se preocupe, que usted no será ni más ni menos que nadie si usa el transporte público, será eso sí, un mejor ciudadano. También sé que el transporte público está lejos de ofrecer buena cobertura y confort, pero eso depende de nuestro apoyo y empuje sobre el tipo de ciudad en la que queremos vivir, la ciudad de la gente o la ciudad del cemento.

PD: Para que podamos usar más el transporte público, sigo esperando que el SIMOC en 2 clicks me diga qué bus(es) debo tomar para ir de A a B.

miércoles, 10 de marzo de 2010

La cifra repartidora...

Dicen los consabidos analistas políticos, que el método de la cifra repartidora fortalece los partidos y por ende la democracia. Está el método Sainte-Laguë que fortalece los partidos tradicionales y también está el método d'Hondt que fortalece muchísimo los partidos tradicionales y extirpa las representaciones de las minorías. Éste último es el que aparentemente usamos en Colombia desde la reforma de 2003.

Lo que parecen no reconocer algunos ilustres, es la operación de una tercera cifra repartidora, cifra que realmente controla nuestro intento de sistema democrático y se calcula mediante el popular método del TLC, tamal, lechona y cerveza o hasta 200 mil pesos; eso le dijeron los Colombianos a la misión de observación electoral que nos contó cómo apenas un poco más de 400/1100 municipios en sólo 16/32 departamentos están en serio riesgo de fraude electoral. Y si a mi no me gusta el tamal o sube de precio la lechona, ¿cuál es el umbral señor registrador?

No crean que es una pregunta fácil. Si me da por explicar el método d'Hondt que aparentemente reparte las curules, todos dejarían de leer cuando vean la ecuación, entonces hagamos algo más simple, tomemos el ejemplo de las elecciones pasadas y veamos cómo funciona ese muchacho d'Hont:

- El partido tradicional X tiene los candidatos fulano, sutana, pepito, pepita, entre otros.
- Pepita ha sido una controvertida senadora y tiene el récord de ausentismo a las sesiones del último año, mientras su salario sí llega muy cumplido.

- El nuevo partido Y tiene los candidatos Ulises, Alejandra, Rodrigo, entre otros; con buenas trayectorias pero nuevos al congreso.
- Ulises es un respetado exalcalde, quien después de una exitosa gestión decidió ponerle el pecho al senado.

- Resulta que el partido X además de tener una gran maquinaria de financiación y coordinación del surfagio, agrupa y reune ciertos líderes y/o candidatos inescrupulosos que practican el método del TLC. Así, el glorioso partido X obtiene 30 curules! Su senadora pepita, obtiene alrededor de 5000 votos, no obstante, muy dichosa ella, se hace acreedora a una de las 30.

- El nuevo partido Y en cambio, no pasa el umbral, pues aunque tiene gran coherencia, ni compra votos ni tiene maquinaria. Ulises luego de casi 170000 votos se queda con las manos vacías.

He ahí pues queridos amigos el método de la cifra repartidora!

Claro que los partido tradicionales tienen buenos candidatos, no tengo ninguna duda. Pero...
Les dejo unas reflexiones:
- Los candidatos buenos de los partidos tradicionales, tienen la curul asegurada, para qué votar por ellos? aun sin casi hacer campaña, tienen tanta visibilidad que pueden pasar la vida entera en el congreso por ser caciques políticos, ellos hacen campaña para arrastrar más curules y así entregarle mucho poder a su bancada en el congreso. Pero, ¿a quiénes arrastran? ¿cuántos hay hoy en la cárcel?

- ¿Qué tal si le damos un aire nuevo al congreso?

- ¿Qué tal si hacemos la tarea y revisamos por lo menos las hojas de vida de algunos candidatos!?

Unas recomendaciones:
http://www.semana.com/noticias-nacion/candidatos-carta/135979.aspx
http://sergiofajardo.com/index.php?option=com_content&view=article&id=247&Itemid=49
http://www.partidoverde.org.co/

Gracias por leer!

sábado, 23 de mayo de 2009

La social bacanería

Por allá en el 2007, el presidente revivió la expresión de la "Social bacanería" en lo que podría decirse fue uno de esos vainazos al aire libre que todo el mundo vio caer en el polo democrático y algunos en Lucho Garzón.

La expresión al parecer habría nacido en los 70s designando corrientes de izquierda, especialmente al M-19, buscando mofarse del espíritu idealista de aquellos universitarios (que como muchos Colombianos en todos los estratos, todos los credos y todos los oficios) pretendían resolver los problemas del país y cambiar el mundo vaciando botellas en una esquina. Viéndolo así, porque no puede ser de alguna otra manera muy distante, evidentemente calificar a un dirigente como partícipe de la "social bacanería" es desacreditarlo, es una ridiculización pública sutil pero contundente, como una bajada de pantaloneta en el patio del colegio, todo como parte de el lenguaje y el estilo al que nuestra clase política se amañó en su uso y que hace parte de los dardos que viajan en las declaraciones de lado y lado o también, por qué no, del preámbulo y el cortejo que se hacen nuestros gobernantes, jueces y legisladores, buscando casar una pelea más soez, que les represente mojar más cámara y alimentar su ego. Y no lo digo especialmente por el presidente a quién se le notan constantemente las goticas de valeriana.

Nuestro ministro del interior salió esta semana a condecorar a varios Colombianos, con la medalla de la "social bacanería", gracias al pronunciamiento que éstos hicieron en contra de la reforma política, que con tanto esmero y atropello está cerca de aprobarse en el senado por cuenta de la bancada de gobierno, que parece haber perdido todas las luces (Juan Luis Londoño, Gina Parodi, Germán Vargas, y los demás que se fueron del lado de la no rere) y haberse llenado de borregos que votan en sesiones extras, sin deliberación, y con el afán del que pecó y va tarde a misa de 6, mientras la oposición hace patria abandonando el recinto, todos muy dignos, muy orondos.

Los nuevos social bacanes (además de Lucho Garzón quien ya había ganado el galardón) según el ministro son nada menos que los hombres que sacaron a Bogotá del caos en que hoy intenta sumirse nuevamente Antanas Mockus y Enrique Peñalosa, el hombre que transformó a Medellín y terminó como el alcalde con mayor aceptación de cualquier ciudad en cualquier época Sergio Fajardo, la creadora de la varita mágica del gobierno, la seguridad democrática, Marta Lucía Ramírez y el joven ex concejal estrella de Bogotá y quien recibió hace unos años de manos del presidente Uribe el premio como mejor representante a la cámara David Luna.

Ellos seguramente no han leído la reforma dice Valencia Cossio, porque la reforma incluye la silla vacía y el resto de bondades que repite el miniterior. Yo me doy cuenta que es más bien el ministro quien no logra notar, que gente tan valiosa para Colombia, pierde la oportunidad de participar en política, por la genial idea de aumentar el umbral en pro del fortalecimiento de los partidos políticos, columna vertebral de la reforma.
Entonces cómo es señor ministro; hay que dejar por fuera ideas frescas, gente capaz y honesta, porque hay que fortalecer los partidos que han sido la cuna de nuestro mayor cáncer, el bus en el que se montan los mejores cuentachistes, los amigotes del whiskey, del golf y de los matones?

Tal vez es el ministro el que no ha leído las críticas cesudas y los argumentos contundentes con los que hace varios meses este grupo de ilustres han pretendido abrir los ojos de la opinión nacional.

No demos la espalda que está muy claro. Bacanería? la bacanería es nuestro congreso, millones en sueldos, lujos y sinvergüenzada por todo lo alto y si hay que incluir delincuentes, no importa porque todo se va en casa por cárcel en pocos años, el capitolio, ahí están los más bacanes!

lunes, 16 de marzo de 2009

El llamado a la educación

No hace mucho, recibí una llamada de una compañía multinacional. Querían entrevistarme. Resulté ser un buen candidato para hacer parte de un grupo de investigación y desarrollo en optimización de producción y recursos. Pasados pocos días me dijeron que tenían miedo de la recesión y que la empresa había cerrado todas las contrataciones en todas las áreas. Afortunadamente tengo trabajo.

Días después, la universidad tuvo otro de esos ilustres invitados como conferencista, un reconocido físico investigador en sistemas complejos. Sin ecuaciones y sin rodeos, basó su conferencia en hacer un llamado a la industria a la innovación y la inversión en investigación y desarrollo. Según su opinión, en tiempos de crisis la peor decisión es recortar el presupuesto de investigación.

La investigación no es otra cosa que la proa de la educación. Hoy precisamente, Barack Obama en otra de sus ambiciosas declaraciones reclamó enfáticamente la necesidad de brindarle a todos los estadounidenses la educación de más alta calidad, su propuesta: Bonificaciones (extra pay) para los mejores profesores. Con la respectiva controversia que causó el anuncio, incluso el más grande sindicato de profesores de Estados Unidos se mostró reticente por lo subjetivo que puede ser el juicio sobre quién enseña mejor.
Adhiriendo, uno de los republicanos arrepentidos del desastre Bush, el ex secretario de estado Colin Powell hizo un inusitado llamado al mejor estilo de las filas del ejército a los niños y adolescentes estadounidenses. "pull your pants up, apply yourself", les pidió reclamar activamente por tener buenos profesores, no contentarse con la primaria ni la secundaria, "go to college and then get a job".

Parece ser que no es tan difícil ponernos de acuerdo en la enorme importancia que tiene la educación en la construcción de una sociedad, sin embargo, qué difícil es hacer que lo que le destinan nuestros gobernantes supere el 1% del presupuesto nacional.

Siempre he sentido que ser celador es un trabajo muy difícl, pero especialmente, muy aburridor. Pensaba que aquellos que no requerían estar muy atentos en sus turnos -que no son pocos- podrían usar tanto tiempo libre en algo productivo; pero nunca encontraba qué podría ser ese oficio. El Jueves pasado tuve una respuesta sin que mi pregunta saliera de mis pensamientos.
Cruzando una de las porterías de la universidad, un vigilante manipulaba un particular computador portátil, pequeño parecido a un juguete. Me llamó y me preguntó si tenía amigos que estudiaran administración de empresas. Yo le dije que no. Algo preocupado y tímido me pidió ayuda, dijo que necesitaba relacionar una poesía de Pombo con la administración de empresas. Yo lo miré con ternura y le dije que claro, que haría mi mejor esfuerzo. Tomó impulso y leyó entera "El niño y el buey" con gran aplomo y con la fluidez de un niño que apenas aprende a leer. Mi respuesta fue sencilla, pero no viene al cuento.
Siguiendo mi camino hacia mi oficina, entendí que lo mejor que podía hacer un vigilante en su tiempo libre era educarse.

Todavía no puedo tragarme el hecho de que las diferencias entre personas tan cercanas -aunque sea solo geográficamente cercanas- sean tan desproporcionadas.
Seguramente educarse es lo mejor que puede hacer cualquiera con su tiempo libre, no solo un vigilante. Ah no, tal vez sea aun más importante que cada ciudadano vele por poner la educación en lo más alto de las prioridades nacionales.

viernes, 13 de marzo de 2009

FANIA All Stars

Allá por mis épocas de rebeldía me dio por escuchar salsa. Me compré un cassette de Willie Colón "Grandes Éxitos" y de "Oh qué será" la retaíla siguió prolífica hasta el día de hoy, en que soy un salsero de tiempo completo.

En once años escuchando, estudiando, bailando salsa, siempre soñé varias cosas de las que sentía todas eran imposibles, algunas con una gran certeza... otras eran simplemente una ilusión.
La resurrección de Héctor Lavoe era claramente una de las definitivamente imposibles, no obstante también quise siempre ver un concierto de Rubén Blades y un concierto de la FANIA All Stars. De Blades pensaba que no sería tan difícil verlo. Allá por el 2001 creo, hubo un concierto en Bogotá, al cual yo evidentemente no pude ir. Hoy lo sigo esperando. De la FANIA, lo único que veía con gran tristeza, era cómo mes a mes alguna de las estrellas se iba para siempre a engrosar "la rumba en el cielo". Pensaba con total certeza, con la certeza del enfermo terminal que mira las flores en el parque y piensa en "hubiera", que ver a la FANIA en concierto hubiera sido algo extraordinario, extraordinario como muy pocas cosas con las que yo fantaseo, tal vez haber visto el mundial del 70, haber visto a Gardel vivo, no sé...

Vi varias veces a Henry Fiol, a los Hermanos Lebron al Gran Combo de Puerto Rico, a Cheo Feliciano a Ray Barreto, a Larry Harlow, a Richie Ray y Bobby Cruz a Alfredo de la Fe, a Niche y las otras orquestas locales, pero nunca vi ni vería a Celia, Vilató, Pete el Conde, Maelo ni Héctor Lavoe.
No obstante Pacheco, tres de café y dos de azúcar, Jhonny Pachecho cerca de sus 75 años, el hombre que le dio el nombre de "salsa" al género, vivito y coleando, era la figura que yo más soñaba ver en concierto.

Cuando me contaron que venía la FANIA All Stars, incrédulo, poco esperaba del hecho. Pensé que vendría Cheo con 10 pegados a tocar cualquier cosa.

Coliseo el Campín, 12 de Marzo de 2009 7pm. Reynaldo Jorge primer trombón, Héctor "Bomberito" Zarzuela primera trompeta, Eddie Montalvo en las congas, Nicky Marrero en el timbal, Roberto Roena en los bongoes, Bobby Valentín en el bajo, Pappo Lucca y Richie Ray en el Piano, Alfredo de la Fe en el violín, en el cuatro y la dirección Luis García y en las voces Adalberto Santiago, Ismael Quintana, Andy Montañez, Ismael Miranda, Cheo Feliciano y Bobby Cruz. La tarima no podía con el peso de las estrellas y allá atrás, en medio del corrillo, muy elegante y encorvado, apoyado en su bastón, salió el gran maestro, Jhonny Pacheco, una ovasión ensordecedora pero apenas tibia para aclamar la apoteósica constelación en el escenario.

Entonces abrió Adalberto con Quítate la máscara y Lo que traigo es dinamita, una vitalidad impresionante hasta para hacer chistes le alcanzó. El turno fue para Ismael Quintana, de esa voz brillante y dulzona quedaba muy poco, se notó algo afligido pero sacó Adoración y Mi debilidad y para mi fue como oirlo cantar en el Cheetah en el 71. No obstante el público algo desconocedor y muy tímido no correspondía como yo esperaba. Vino entonces Andy y el coliseo explotó en baile, este señor conserva su chorro de voz intacto en potencia, en calidad, en grosor; impresionante Casi te envidio y Un verano en Nueva York. Como si fuera poco llegó también muy vital y bien conservado el Niño Bonito Ismael Miranda interpretando Careta y Maria Luisa de forma extraordinaria. Luego pasó Cheo y 10mil gargantas entonaron El ratón, para luego hacer un homenaje a Ralph Mercado con Sobre una tumba humilde y como broche salió Bobby Cruz y cantó Richie´s Jala jala.

Yo hasta ahí, embriagado de música y emotividad, apenas pude ver cómo apareció una señora gorda y emperifollada con su carterón, con mucha propiedad tomó el micrófono y literalmente echó a las superestrellas del escenario "para dar paso a Santana". Ah si, me había olvidado, no quería recordar las cosas malas, pero la FANIA oficiaba como telonera de un tal Carlos Santana. La gente pidió a gritos otra, coreó FANIA, movió sus brazos en negativa, pero ya los roddies corrían en la tarima con los amplificadores, no había nada que hacer, las estrellas se habían ido, el nirvana se acabó, el sueño había durado muy poco.

Entonces habría que aclarar algunos puntos. Me pueden decir que soy un fanático, pero acaso no es la FANIA el ícono más grande de la cultura latina? Ni García Márquez, ni Neruda, ni Les Luthiers ni José Alfredo Jiménez, ni la Selección Brasilera, ni el Che Guevara... yo en medio de mi ignorancia sigo sin conocer una pieza de la cultura Latina que por lo menos alcance una mínima fracción de la grandeza de la FANIA All Stars. Haberlos bajado del escenario fue una cachetada a nuestra identidad. El concierto empezó dos horas tarde y el sonido estuvo a la altura de la parroquia del barrio Santo Domingo un Viernes santo.

Pero así salió, Santana dio una buena velada y yo vi a la FANIA senil y brillante después de 40 años. Nadie me quita lo bailado, gracias a quienes me acompañaron!

VIVA LA SALSA

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Conjuntivitis

Después de las caídas en la moto y ya muchos fastidios en los buses, a mi regreso a Bogotá me dije: Hagamos la fácil Daniel con el transporte, Bus para casi todo, taxi para urgencias y bicicleta para recorridos cortos en días de sol.
Así llevo ya un poco más de tres meses en Bogotá, quejándome, cómo no, de la mierda que nos toca comer a todos los que por cualquier razón no tenemos carro en esta ciudad. Cada que salgo en la bicicleta, llego con rinitis, mocos negros, ojos rojos y si me descuido algo de grasa en la bota del pantalón. Había ya pensado más de una vez que era necesario conseguir alguna máscara, tapabocas o una de esas excentricidades para evitar la extrema contaminación a la que uno se somete como ciclista y analizaba preocupado, cómo poder seguir usando la bicicleta o por lo menos, cómo vivir en Bogotá sin tener graves problemas respiratorios en algunos años.
Sin respuestas concretas a mis dudas, y con la gran necesidad de jugar fútbol, salí el Domingo temprano en mi Benotto negra hacia el norte. Un partido más bien malo, terminamos goleados, no hice gol, pero por lo menos pude jugar. Al regreso cansado tomé nuevamente la 68, por el carril central, que es mi carril favorito pues no hay buses como en el carril derecho, ni hay gente y paradas frecuentes como en la ciclo-ruta. No obstante y como es muy normal, pasando la 80, un busero decidió meterse (ilegalmente) por el carril central. Muy cerca estuvo de atropellarme, pero ante mi evasiva se contentó con levantar una nube de polvo que fue a dar directo contra mi junto con la humareda habitual.
Con cuidado de no caerme, frené a ciegas y me quedé llorando (obviamente no de tristeza). Me limpié como pude y seguí camino a casa.
Cerca de la media noche, viendo un película con mi pijama y almohada, empecé a sentir cierta molestia en los ojos. Me dormí, me desperté, pero no pude abrirlos. Un espeso engrudo de lagañas me lo impedía. Nunca me había pasado, pero el diagnóstico era inmediato, tiene conjuntivitis dijeron mis tías al unísono.
Mi tío Hernando que es médico, me recetó el respectivo antibiótico en gotas y pomada.
Doce horas después de seguir sus instrucciones mis ojos seguían, rojos, hinchados y llorosos, mostrando nula mejoría. "Mañana no puedes ir a trabajar así, ve a la clínica Colombia que es allí no más pasando la esperanza y hazte revisar" me recomendó mi tío.
Muy obediente, a las 10am de hoy tomé mi bicicleta, me puse las gafas oscuras como protección y fui a dar a la dichosa clínica Colombia. "Tiene candado? amárrela ahí por fuera, no nos hacemos responsables" Dejé mi bicicleta tirada y entré a urgencias. Tomé un tiquete, esperé unos 20 minutos y pasé a la revisión. La enfermera me tomó la presión y me mandó a pedir una cita. Hice la siguiente fila en el edificio contiguo, y me mandaron a la caja, al edificio del fondo. En la caja me dijeron que una cita de oftalmología valía 18900 y luego de pagar debía ir al tercer piso. Allí tampoco era, me mandaron al séptimo, hice otra fila, entregué el recibo y me mandaron a la sala de espera. Dos horas, 19mil pesos y cuatro filas después entré al consultorio de una señora de quien muchas dudas me quedan como oftalmóloga, la cita me la cobraron así, pero parecía una médico general. Le dije, "tengo conjuntivitis y estoy tomando esto", le mostré las cajas de las medicinas que había llevado. Me preguntó fechas, me miró a los ojos y abrió los suyos para decirme, "ay sí, estás terrible!". Luego me entregó una incapacidad por 3 días (la cual no necesito, pues mi jefe cree lo que le digo, o por lo menos eso parece :) ) y de ñapa me dio otra hoja con el nombre de otro antibiótico por si "en 3 días no notas mejoría, entonces te tomas éste, que no te lo cubre la EPS"

Pues si, cada vez que voy a un hospital me prometo no volver, pero no me es posible. Ahí está nuestro sistema de salud, a pesar de que les pago cumplidamente casi 100mil pesos al mes, para algo tan sencillo como revisar una conjuntivitis, perdí 2 horas de mi vida sentado en salas de espera y de ñapa tuve que encimar 20mil pesos. Lo más claro es que me hubiera aliviado de la misma manera sin haber ido al hospital. Conclusión, es mejor prevenir y tener un médico a la mano para cualquier cosa... el día que necesitemos una operación o la cosa sea grave, la EPS tampoco la va a pagar, entonces veremos si colgamos los guayos o la soga al cuello con la deuda.

Que viva el deporte mejor!

lunes, 15 de septiembre de 2008

Pasando a la nueva era.

2010-201x?

Soy Uribista desde que tengo conciencia política. Nunca vi ningún líder exponer y ejecutar ideas como él. Estudio su vida desde que era candidato a la gobernación de Antioquia, apoyo gran parte de sus iniciativas pero admito también sus errores ante sus contradictores. Me gustaba más el candidato presidencial del 2001, calmado, argumentativo, constructor, muy respetuoso. Hoy su autoridad se convirtió en motor no solo de las riñas que él caza, sino de todas las que su omnipresencia provoca en las calles, pues aunque a algunos no les guste, su popularidad es un fenómeno y todo lo que hace o deja de hacer es tema del día de todos los días de quienes lo queremos y quienes no.
Ahora veo con preocupación como el país se polariza fanáticamente sobre el eje de su figura. Unos se enamoran cada vez más de su carácter de prócer, otros se empeñan en verlo como el mayor criminal. Ya no nos escuchamos, no hablamos las cosas. Tengo una amiga que se le aguan los ojos y quiebra su voz cuando quiere hacerme algún reclamo contra Uribe. Termina por pedirme que hablemos de temas más "amenos" para no "dañarse" el día.
Acepto con tristeza que el uribismo es lo peor que pudo haberle pasado a Álvaro Uribe. El presidente tuvo que gastar muchas de sus horas en el cargo peleando y defendiendo la legitimidad de su gobierno, horas que bien hubiera hecho en dedicar a otra cosa, así fuera a hacer deporte. Lamento profundamente que un hombre de su talento y capacidad haya tenido que pasar por el rosario de intrigas, mentiras y vergüenzas que envuelve nuestra clase política. A pesar de muchos buenos elementos, en el bus se montó todo el que pudo y hoy pagamos las consecuencias.
Colombia hoy es más segura, cierto; pero ¿somos menos desiguales? ¿tenemos todos las mismas oportunidades? mientras no sea así seguiremos siendo un país batiéndose en todas direcciones, preso de su propia ignorancia, yendo hacia ningún lado. ¿Cuál es la dirección de la seguridad democrática? Ahora que el país salió de la parálisis en que estuvo sumido, empiezo a sentir que a esa política le hace falta un complemento, uno que no es familias en acción, que no es inversión extrajera directa, que no es la renovación de entidades burocráticas, todas cosas que a mi juicio han aportado, pero no lo suficiente.
Cada vez son menos los subversivos, son más difíciles de encontrar. Para ellos en cambio, no es difícil infiltrar universidades o llegar a inconformes para engrosar sus filas, las guerras que realmente acaban, se acaban en la mesa, pregúntenle a la historia de la humanidad. Ojalá perdamos esa sed de venganza, ojalá dejemos de soñar con ver al secretariado apedreado en plaza pública, eso a nada nos lleva, piénsenlo despacio, a nada nos lleva. Eso si, nunca olvidemos nuestra historia y nunca apoyemos ideas armadas por buenas que sean, ni mucho menos mentiras armadas.
Lo dice Sergio Fajardo constantemente "Cuando yo quería ser arquero del Medellín, él ya quería ser presidente", yo creo que Uribe nunca se preparó para enfrentarse a terminar el sueño de su vida. Es cierto que le cuesta dejar el poder, a cualquiera le costaría, más habiendo tanto por hacer, pero él no irá al 2010, blanco es gallina lo pone.
Me alegra ver cómo se alista un debate presidencial de buen nivel, con ideas y con respeto, ojalá no lleguen los de siempre a insultar y a hablar mal de los demás. De mi parte haré toda la fuerza por aquel que levante la bandera de la educación. Aquel que quite los centros comerciales y ponga la Universidad como el eje de la sociedad, aquel que la vuelva semillero de ciencia y debate a cambio de expendio de drogas y cultivo de odios que terminan en capuchas, grafitis, explosivos y alimento de la violencia que nos tortura.
Qué bueno sería que se hicieran visita el señor Fajardo y el señor Mockus.

martes, 2 de septiembre de 2008

Qué le hace falta al transporte público en Medellín

- Publicado en El Colombiano, Sep 2, 2008 -

¿Alguna vez han escuchado "empresa de transporte busca ingeniero con conocimientos en tráfico vehicular y estadísticas"?
¿Alguna vez han visto campañas publicitarias de alguna empresa de transporte urbano en cualquier medio?
¿Les da la impresión de que nuestras empresas de transportes las conforman los conductores, los registradores de los tiempos y el/los dueño/s de los buses?
¿Tal vez han escuchado ese rumor popular de que el gremio de los transportadores es una mafia?

El punto con esas preguntas es reflexionar sobre la naturaleza de nuestro sistema de transporte.
Los diferentes mercados tienen diferentes naturalezas. Por ejemplo:

- El mercado del servicio de acueducto y alcantarillado es lo que llaman un monopolio natural, pues no es viable económicamente enterrar varias redes de ductos y competir. Por eso hay una sola empresa en cada ciudad que se encarga del servicio.
- El mercado de la telefonía celular ha sido ampliamente debatido y sus mejores resultados se han obtenido con un oligopolio. En otras palabras, un mercado REGULADO repartido entre varios (pocos) oferentes. Como en el caso de casi toda América Latina, siempre hay 2 o 3 empresas reguladas por un ente separado del gobierno.
- Otros mercados, como el mercado del pan, son mercados abiertos de alta competencia.

¿Qué creen los expertos sobre el mercado del transporte público?

En la Unión Europea, la enorme mayoría del transporte público en pequeñas y medianas ciudades funciona como un monopolio. En las grandes ciudades puede ser un oligopolio rigurosamente controlado; anotando claro, que los diferentes oferentes son los diferentes modos de transporte que ofrece una ruta, sin embargo, el sistema de buses por lo general pertenece a un solo operador.

¿Por qué? Porque está más que demostrado que la única forma de darle movilidad a una ciudad es por medio de un sistema integrado de transporte y es mucho más fácil integrar pocas empresas serias y reguladas que tratar de integrar por ejemplo a "don chucho" del circular coonatra con "el sarco" que maneja la santra a 120 a medio día por la 80.

Qué le falta entonces al transporte público en Medellín (y de una vez en todo el país)? ser un MERCADO REGULADO.

Pongamos un caso bien claro de mercado regulado:
Una empresa de telecomunicaciones, paga cientos de profesionales para diseñar una estrategia comercial de venta de telefonía de larga distancia. En cierta ocasión se les fue la mano, se aprovecharon de una ventaja física que tenían respecto a la competencia, los demandaron, perdieron y la comisión de regulación los obligó a pagar una multa de varios millones de dólares.

Hagamos la analogía del transporte público, que en nuestras ciudades, es un mercado como el del pan, de alta competencia y nula regulación:
Las empresas de buses (hasta donde me consta) no pagan ningún profesional ni hacen control de mercadeo de ningún tipo. Ofrecen los vehículos en el peor estado. No cumplen con las frecuencias requeridas por la rutas, maltratan (y de qué manera) al cliente, no paran en los paraderos, violan las normas de tránsito; sus conductores son multados y no pagan las multas. No cumplen las normas ambientales, contaminan la ciudad con ruido y humo, causan enormes problemas de movilidad con su indisciplina y destrozan la malla vial frenando en seco en cada parada. Me atrevería a decir que como en el caso de la empresa de telecomunicaciones, acá también se les fue la mano ¿no les parece?.
Qué hace la autoridad? Multarlos con millones de dólares diría un extranjero. Pues no, acá no. Acá salimos a decir: "Nuestra ciudad está muy mal construida", "hace falta presupuesto", "construyamos un metro", "hagamos más puentes", "necesitamos pico y placa" y la ñapa: "aumentemos a x mil millones de pesos nuestro presupuesto para reparar la malla vial", así, nuestros queridos amigos que tan bien nos tratan, tendrán más pavimento para romper y poder seguir llenando sus arcas. Ahí está el caso patente de la administración Garzón, cuando cualquier cosa les dijo a los buseros, le armaron un paro, le doblaron el pulso y terminó pavimentando las calles y poniéndole un sello amarillo al pavimento con el polémico logotipo de "Armando Calle". Hoy pueden ver fácilmente cómo el pavimento nuevo empieza a quebrarse con la guerra del centavo de los buseros.

Por qué sí multar al sector bancario, a las telecomunicaciones, a las energéticas, a cualquier industria. ¿Y las empresas de buses urbanos? ellos son los reyes.

Éstas empresas son responsables por los millones de pesos que adeudan sus empleados en comparendos. Así como por gran parte de la inmovilidad de las ciudades Colombianas. Por décadas ha sido un gran negocio comprar un bus. Entra en la ciudad, contamina, daña las calles, viola las reglas, no paga las multas, cobra la renta y después en agradecimiento, nuestros gobiernos con nuestros impuestos le compran el pedazo de bus para hacerlo chatarra. ¿Acciones de Ecopetrol? Sinceramente no sé cómo no nos hemos dedicado todos a comprar buses.

Escribo esto para concientizar a los lectores de que no es con paños de agua tibia (todas las comillas que usé antes) con lo que mejoraremos nuestro sistema de transporte. Necesitamos acciones políticas radicales.
Escribo esto para hacer un llamado al ministro de transporte, a los secretarios de movilidad y tránsito del país y a quien tenga el poder y el deber de legislar en favor de convertir nuestros transportes urbanos en mercados estrictamente regulados y si es necesario en monopolios.

Así como el monopolio de la energía en Medellín, es un negocio tan bien manejado que nos permite adornar la ciudad todos los Diciembres generando empleo y turismo, el transporte urbano debería funcionar de la misma manera. Para eso tenemos muy buenos candidatos: 1- La alianza Metro-Metroplus, con la desventaja de la deuda que carga la primera. 2- La otrora mejor prestadora de servicios públicos de América Latina EPM, en vez de ponerse a financiar electrodomésticos debía haberle metido la mano al transporte hace muchos años y mucho más ahora que el pico y placa es el gran papayazo, incluso sin que tengamos la legislación necesaria, una empresa seria que entre a competir bastaría para dar ejemplo a los demás de cómo prestar un servicio de calidad.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Travesía embalse Guatapé

La semana pasada Peña me invitó a montar en bicicleta. Me dijo: son diez horas, para darle la vuelta a el embalse del Peñol,
tenemos que irnos a dormir desde el viernes a la cabaña de mi jefe en Guatapé, para salir madrugados el sábado. Y así fue: El sábado 23 de junio de 2007 a las 6 de la mañana en las cabañas del "Club Recreativo..." nos encontramos Jorge Mario Ríos
(35 años, segundo al mando de Systech donde trabaja Peña, dueño de la camioneta Nissan Pathfinder en la que subimos y
aficionado a la navegación en veleros, razón por la que era socio de dicho club); Diego (un "cucho" que vivía en Guatapé,
dedicado al deporte y que a pesar de sus 57 años tenía una capacidad física increíble), Alejandro Peña, mi amigo de la
Universidad y Yo. Hasta ahí nadie sabía a qué nos íbamos a enfrentar, Diego era quien ya había hecho el recorrido, y a Jorge Mario se le
hizo todo un reto darle la vuelta a la represa por esas trochas, calculamos que eran 110km y 12 horas de recorrido. Yo nunca
había pasado más de 5 horas en una bicicleta, lo había hecho muy pocas veces y no recientemente. Así entonces a la salida desde la piedra, vimos el amanecer sobre el hermoso paisaje del embalse subiendo a una de las presas
por la vía a San Rafael y descendimos desde un alto hasta el río Bizcocho, pasando por la subestación la araña, en un cañon
lleno de ejército y redes de hasta 500KV. Ahí llegamos a un puente sobre el Bizcocho (cristalino), eran casi las 8 de la
mañana y estábamos advertidos que lo que seguía era el ascenso a Alejandría, 18 km de una trocha de piedra grande y suelta; y
eso fue justamente. Durante la trepada debimos parar dos veces a descansar unos minutos y a hidratarnos, el sol no estaba muy
fuerte pero a raticos salía entre las pocas nubes; cosa que sumada a la fuerte pendiente y lo difícil del terreno nos hizo
bajar de las bicicletas para tomar un respiro. Muy poca gente y casi ningún carro por allí, creo que solo vimos un par de
camiones por un camino más bien olvidado, que solo tiene unas cuantas casas en la parte baja a la orilla del Bizcocho, en
donde se veían unos charcos muy provacativos pero no paramos pues teníamos un camino muy largo por delante. Allá llegamos al
municipio de Alejandría casi a las 11am paramos en la plaza reventados por el cansancio, debimos nuevamente descansar y
rehidratar. La siguiente etapa era la ida a Concepción, otro pueblo más al norte de la represa, donde nació José María Córdova. El
terreno fue una trocha un poco más benévola y con muchas ondulaciones (creo que bajamos más de lo que subimos en esa parte).
Llegamos a Concepción a almorzar; después podré revisar en el GPS de Jorge Mario, pero creo que allí llevábamos unos 60Km y
ya bastante cansacio. Cierto es que antes de partir, fuimos advertidos acerca de la fuerte loma que debíamos enfrentar en el
camino hacia San Vicente. En realidad llegaríamos hasta unos 5 Km del municipio pero tomaríamos un desvío en la vereda
corrientes, hacia la magdalena, para empezar a redondear la represa. La loma fue realmente muy dura, no tan larga como la
subida a Alejandría y no tan suelta la piedra que hace que al pedalear no se avance, pero después de tantos Km, volver a
subir tanto en un terreno tan largo y tan solo fue muy díficil. Hacer un esfuerzo en un repecho para salir de una curva y ver
más loma era algo realmente desmoralizante, hasta que finalmente llegamos a la cima, se veía ya el otro lado de la montaña y
empezaba el descenso doloroso también, pero ya no en las piernas sino en los brazos y especialemte en las palmas de las manos
que tenían que sufrir toda la vibración y que a pesar de los guantes dolían mucho. Así llegamos a las 3:30pm a la que pensamos que sería la última parada, en el desvío cerca a San Vicente, Peña y yo nos
tomamos una foto mostrando los 83 Km marcados hasta ahí por el GPS. La trocha allí hasta llegar nuevamente al pavimento sería
todo el tiempo de ondulaciones con descensos muy dolorosos en las manos. Después del caserío de corrientes en donde no
paramos, siguiendo entre las ondulaciones comenzamos a ver la represa y al fondo la piedra el Marial, según Diego eso era una
ceña de que el final estaba cerca, pero no era así. Todavía faltaban varios Km de subida, donde incluso comenzó a llover y
fue necesario que paráramos otra vez en el que fue el momento más duro de todo el recorrido. Habían pasado más de 10 horas ya
y además habíamos superado ya los 100 Km, pero el cansancio nos tenía al borde del colapso.Al reiniciar, después de los últimos minutos de trocha vimos finalmente la vía principal; sentir que la bicicleta rueda sin
sobresaltos es realmente una bendición en el momento. Sólo 8 Km faltaban para llegar nuevamente al club. Los recorrimos lo
más rápido posible por el ánimo que daba saber que estaba cerca la meta, y así después de 11h:52m de la salida, llegamos
nuevamente al club casi muertos entre el dolor y el sufrimiento, pero habiendo superado el reto de darle la vuelta a la
represa en bicicleta, en el que tal vez sea el esfuerzo físico más grande de mi vida deportiva como gomoso.Un reto muy recomendado para todo el que se crea capaz!
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