sábado, 15 de septiembre de 2007

Travesía embalse Guatapé

La semana pasada Peña me invitó a montar en bicicleta. Me dijo: son diez horas, para darle la vuelta a el embalse del Peñol,
tenemos que irnos a dormir desde el viernes a la cabaña de mi jefe en Guatapé, para salir madrugados el sábado. Y así fue: El sábado 23 de junio de 2007 a las 6 de la mañana en las cabañas del "Club Recreativo..." nos encontramos Jorge Mario Ríos
(35 años, segundo al mando de Systech donde trabaja Peña, dueño de la camioneta Nissan Pathfinder en la que subimos y
aficionado a la navegación en veleros, razón por la que era socio de dicho club); Diego (un "cucho" que vivía en Guatapé,
dedicado al deporte y que a pesar de sus 57 años tenía una capacidad física increíble), Alejandro Peña, mi amigo de la
Universidad y Yo. Hasta ahí nadie sabía a qué nos íbamos a enfrentar, Diego era quien ya había hecho el recorrido, y a Jorge Mario se le
hizo todo un reto darle la vuelta a la represa por esas trochas, calculamos que eran 110km y 12 horas de recorrido. Yo nunca
había pasado más de 5 horas en una bicicleta, lo había hecho muy pocas veces y no recientemente. Así entonces a la salida desde la piedra, vimos el amanecer sobre el hermoso paisaje del embalse subiendo a una de las presas
por la vía a San Rafael y descendimos desde un alto hasta el río Bizcocho, pasando por la subestación la araña, en un cañon
lleno de ejército y redes de hasta 500KV. Ahí llegamos a un puente sobre el Bizcocho (cristalino), eran casi las 8 de la
mañana y estábamos advertidos que lo que seguía era el ascenso a Alejandría, 18 km de una trocha de piedra grande y suelta; y
eso fue justamente. Durante la trepada debimos parar dos veces a descansar unos minutos y a hidratarnos, el sol no estaba muy
fuerte pero a raticos salía entre las pocas nubes; cosa que sumada a la fuerte pendiente y lo difícil del terreno nos hizo
bajar de las bicicletas para tomar un respiro. Muy poca gente y casi ningún carro por allí, creo que solo vimos un par de
camiones por un camino más bien olvidado, que solo tiene unas cuantas casas en la parte baja a la orilla del Bizcocho, en
donde se veían unos charcos muy provacativos pero no paramos pues teníamos un camino muy largo por delante. Allá llegamos al
municipio de Alejandría casi a las 11am paramos en la plaza reventados por el cansancio, debimos nuevamente descansar y
rehidratar. La siguiente etapa era la ida a Concepción, otro pueblo más al norte de la represa, donde nació José María Córdova. El
terreno fue una trocha un poco más benévola y con muchas ondulaciones (creo que bajamos más de lo que subimos en esa parte).
Llegamos a Concepción a almorzar; después podré revisar en el GPS de Jorge Mario, pero creo que allí llevábamos unos 60Km y
ya bastante cansacio. Cierto es que antes de partir, fuimos advertidos acerca de la fuerte loma que debíamos enfrentar en el
camino hacia San Vicente. En realidad llegaríamos hasta unos 5 Km del municipio pero tomaríamos un desvío en la vereda
corrientes, hacia la magdalena, para empezar a redondear la represa. La loma fue realmente muy dura, no tan larga como la
subida a Alejandría y no tan suelta la piedra que hace que al pedalear no se avance, pero después de tantos Km, volver a
subir tanto en un terreno tan largo y tan solo fue muy díficil. Hacer un esfuerzo en un repecho para salir de una curva y ver
más loma era algo realmente desmoralizante, hasta que finalmente llegamos a la cima, se veía ya el otro lado de la montaña y
empezaba el descenso doloroso también, pero ya no en las piernas sino en los brazos y especialemte en las palmas de las manos
que tenían que sufrir toda la vibración y que a pesar de los guantes dolían mucho. Así llegamos a las 3:30pm a la que pensamos que sería la última parada, en el desvío cerca a San Vicente, Peña y yo nos
tomamos una foto mostrando los 83 Km marcados hasta ahí por el GPS. La trocha allí hasta llegar nuevamente al pavimento sería
todo el tiempo de ondulaciones con descensos muy dolorosos en las manos. Después del caserío de corrientes en donde no
paramos, siguiendo entre las ondulaciones comenzamos a ver la represa y al fondo la piedra el Marial, según Diego eso era una
ceña de que el final estaba cerca, pero no era así. Todavía faltaban varios Km de subida, donde incluso comenzó a llover y
fue necesario que paráramos otra vez en el que fue el momento más duro de todo el recorrido. Habían pasado más de 10 horas ya
y además habíamos superado ya los 100 Km, pero el cansancio nos tenía al borde del colapso.Al reiniciar, después de los últimos minutos de trocha vimos finalmente la vía principal; sentir que la bicicleta rueda sin
sobresaltos es realmente una bendición en el momento. Sólo 8 Km faltaban para llegar nuevamente al club. Los recorrimos lo
más rápido posible por el ánimo que daba saber que estaba cerca la meta, y así después de 11h:52m de la salida, llegamos
nuevamente al club casi muertos entre el dolor y el sufrimiento, pero habiendo superado el reto de darle la vuelta a la
represa en bicicleta, en el que tal vez sea el esfuerzo físico más grande de mi vida deportiva como gomoso.Un reto muy recomendado para todo el que se crea capaz!
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